
Utilizo ansiolíticos benzodiacepinas de acción corta para poder ajustar el ansiolítico preciso para cada persona según va produciendo ansiedad, desequilibrio, sufrimiento de la mente. Alprazolan (trankimazin), clonazepan (rivotril), lorazepan (orfidal). Teniendo en cuenta que el ansiolítico es una herramienta más para poder mantener a la mente en equilibrio, sin producir ansiedad, sin sufrimiento mañana, tarde y noche sin llegar a la somnolencia durante el día. Para calcular la dosis nocturna se debe dormir las horas que cada uno precisa y despertarse descansado a nivel físico y mental, orientando hacia un sueño reparador física y mentalmente.
Siempre poniendo el punto de observación en mantener la mente en equilibrio, sin producir ansiedad, sin sufrimiento se comienza el ansiolítico escogido asegurando dormir con sueño reparador con una dosis inicial que se ajusta durante la noche si no se duermen las horas precisas para cada persona.
Para el ansiolítico diurno utilizo un fijo mañana y medio día de 1/2- 1 comprimido y urgencias durante la mañana y la tarde con la observación continua de que la mente se mantiene en equilibrio, sin ansiedad, sin sufrimiento sin somnolencia y al utilizar urgencias se ajusta en cantidad suficiente hasta que la mente vuelve al equilibrio sin llegar a la somnolencia. Si se utilizan muchas urgencias se recomienda aumentar el fijo de mañana y medio día.
Si se mantiene la mente en equilibrio durante el día y con sueño reparador por la noche sin darnos cuenta la mente va cerrando sus heridas, desequilibrios por donde cada uno produce ansiedad y se puede objetivar a través del test de auto evaluación porque va disminuyendo las heridas de la mente en intensidad y con el tiempo desaparece como herida. Al ir disminuyendo la intensidad de las heridas con el ansiolítico habitual va apareciendo somnolencia y por somnolencia se debe ajustar el ansiolítico disminuyendo en cantidad suficiente para mantener el equilibrio y sin somnolencia.
Errores que suelo encontrar con mucha frecuencia por la dificultad que hay en entender la mente sin equilibrio como enfermedad.
La utilización de ansiolíticos en dosis bajas, insuficientes para que una mente se mantenga en equilibrio y no produzca ansiedad, sufrimiento por varios factores. El más frecuente es el convencimiento muy elevado de que los ansiolíticos benzodiacepinas son adictivos y con efectos secundarios y conlleva utilizar la cantidad que permite diminuir las manifestaciones físicas y de comportamiento sin llegar a cerrar las heridas de la mente porque no se ha mantenido en equilibrio durante el día, durante la noche. La consecuencia de no producir curación es tener que utilizar ansiolíticos siempre, como le pasa al diabetico con el tratamiento por no curar la diabetes, precisa tratamiento siempre si no se manifestaran los síntomas de la diabetes y no se considera un tratamiento adictivo.
La utilización de ansiolíticos cuando la ansiedad, el desequilibrio, el sufrimiento ya esta producida por poner el punto de observación en el entorno y no en la mente. Es muy frecuente relacionar el sufrimiento porque hay un problema familiar, un situación laboral, personal, social sin entender que el equilibrio de la mente que no es física se debe mantener en cualquier situación. Es decir vivir cualquier situación real, irreal, por personas, animales, cosas en equilibrio, sin sufrimiento ayudándose del ansiolítico suficiente para mantener ese equilibrio hasta que se haya podido corregir la herida de la mente.
La utilización de ansiolíticos sin ser constante en el tratamiento. Se produce porque muchas personas no se dan cuenta que corregir una mente en sufrimiento no se puede conseguir en 4 días. Muchas personas a los pocos días de tratamiento y alguna mejoría ya consideran que ya es suficiente y retiran el ansiolítico, disminuyen y vienen las recaídas. Suben el tratamiento y vuelven a bajarlo. Si no hay una disciplina y constancia en el ajuste del ansiolítico manteniendo la mente en equilibrio durante todo el día y los días que sean necesarios para cada persona. No se consigue equilibrar la mente cerrando sus heridas.
Suspender el tratamiento ansiolítico por considerar que no es efectivo al utilizarse en bajas dosis según el desequilibrio de la persona y aceptar que el sufrimiento, el desequilibrio, la ansiedad de la mente hay que vivir con ella porque no se puede hacer nada. Forma parte de la sociedad en que vivimos porque la mayoría de las personas están en la misma situación. Igual que aceptamos que la enfermedad es natural porque todas las personas acaban enfermando.